La muerte de Mahsa Amini hace un mes generó una ola de protestas en Irán, en uno de los mayores retos al que se enfrentan las autoridades desde la Revolución Islámica de 1979, pero cuyo desenlace es incierto, según expertos.
La chispa que encendió las movilizaciones fue la muerte mientras estaba detenida de Amini, tras haber sido arrestada por la policía de la moral por haber infringido el estricto código de vestimenta para las mujeres.
Desde entonces, numerosas mujeres se manifiestan con consignas contra el gobierno, quemando sus velos, un movimiento que se extendió al Kurdistán iraní, la región natal de Amini, y que también alcanzó escuelas, universidades e incluso refinerías de petróleo.